NUEVA YORK (AP) — En un Abierto de Estados Unidos como ningún otro, Dominic Thiem gestó una remontada que no se había visto en 71 años.
Después de ceder los primeros dos sets ante Alexander Zverev el domingo en un estadio Arthur Ashe casi vacío — se vetó la presencia de público por la pandemia de coronavirus — Thiem paulatinamente volteó el partido para una victoria 2-6, 4-6, 6-4, 6-3, 7-6 (6) que precisó de más de cuatro horas para conquistar su primer título de Grand Slam.
El austriaco de 27 años es el primer varón que gana el Slam estadounidense tras quedar abajo 2-0 en sets en la final desde que Pancho González lo logró ante Ted Schroeder para coronarse en lo que entonces se denominaba como el Campeonato de Estados Unidos y disputado en Forest Hills.
No sólo eso, pero en un desenlace apropiado para dos semanas sin precedentes, este partido fue decidido en un desempate en el quinto set, algo inédito en la final.
“Hubiera deseado que fuéramos dos ganadores hoy”, dijo Thiem. “Creo que los dos merecíamos ganar”.
Cuando todo acabó con una mala devolución de Zverev, el extenuado Thiem se desplomó de espaldas tras la línea de fondo.
Zverev — quien estuvo a dos puntos de la victoria — caminó hacia la red para estrecharle la mano y abrazar a su amigo, dos gestos que ya no se ven mucho en esta era de distanciamiento social.
“Hubieras fallado un poco más para poder alza el trofeo”, dijo Zverev, conteniendo las lágrimas cuando mencionó a sus padres. “Pero aquí estoy dando el discurso del subcampeón”.
Mientras Thiem daba el paso al frente para sacarse fotos con su nuevo objeto metálico, Zverev observaba desde un poco atrás, con una mano sujetando una bandeja de plata menos rutilante, y la otra en la cadera.
Thiem había perdido sus tres finales de Grand Slam previas, al no poder con Rafael Nadal o Novak Djokovic en esas. Esta vez, era el favorito y empezó nervioso. Pero eventualmente encontró el aplomo, mientras que Zverev pasó de seguro y confiado a jugar de manera timorata.
El quinto set fue un pleito de altibajos, al igual que los otros cuatro, con los errores incrementándose ante la tensión y el peso de la historia.
Thiem quebró en el primer juego cuando Zverev ejecutó muy mal un par de derechas.
El alemán de 23 años respondió de inmediato y pegó un grito a todo pulmón, animándose tras una doble falta de Thiem.
Fue el turno de Zverev para apurar al frente, quebrando para la ventaja 5-3, cuando mandó afuera un revés por la paralela.
Pero al disponer de la oportunidad de sentenciar el partido con el saque para la victoria más trascendental de una naciente carrera, Zverev flaqueó y le quebraron el servicio cuando depositó una volea en la red.
Thiem procedió a ganar tres juegos seguidos, con un quiebre que le puso arriba 6-5 para sacar por el partido. Un kinesiólogo apareció para darle tratamiento a Thiem en la pierna derecha en el siguiente cambio de lado. Tampoco pudo de liquidar el duelo y eventualmente necesitó de tres bolas de partidos para acabarlo.
Mientras que esta fue la primera final en un grande de Zverev, el séptimo preclasificado, Thiem salió como favorito tras las derrotas ante Nadal en las finales de Roland Garros en 2018 y 2019, y luego contra Djokovic en el Abierto de Australia, justo antes que la pandemia alterase la vida diaria y forzara una US Open sin público y constantes tests de COVID-19.
En vez de los aplausos y gritos de los aficionados de Nueva York en el estadio Arthur Ashe, el ruido en la cancha de tenis más grande del mundo emanó de afuera, aportado por los aviones que sobrevolaban, trenes, motores de autos, bocinazos y sirenas. Si acaso que algún aplauso cortés de las decenas de empleados del torneo que se les permitía ingresar a las gradas — y en el tramo final del partido, los gritos de los acompañantes de los jugadores.
Sin el aliento del que siempre ha sido un ambiente eléctrico, la noche dio la impresión de ser una práctica de lujo, con tanto de por medio. Ello hizo que los dos protagonistas tuvieran momentos deslucidos.
Normalmente, el US Open cierra la temporada de Grand Slam. Pero este 2020 no ha tenido nada de normal.
“Momentos extraños”, dijo Thiem.
Debido a la pandemia, Wimbledon fue cancelado por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial y el Abierto de Francia pospuso su fecha original de mayo y comenzará dentro de dos semanas.
El mundo del tenis se muda a la arcilla de Europa tras una doble tanda en las canchas de cemento en Flushing Meadows, lo que el presidente de la federación estadounidense Mike Dowse tildó el domingo de “idea loca”.
El US Open fue precedido por el Abierto Western & Southern, que se mudó de Ohio a Nueva York como parte de un “entorno controlado” para minimizar los viajes.
Otro elemento distinto. Un miembro de los Tres Grandes del tenis — Roger Federer, Nadal o Djokovic — habían acaparados los 13 trofeos de Grand Slam disputado.
Y Thiem aprovechó la oportunidad de colarse en el club de campeones.
“Quiero felicitar a Dominic por el primero de muchos títulos de Grand Slam”, dijo Zverev. “Creo que no va a ser el único”.